Windows 8, éxito y fracaso




Ayer Microsoft anunció la venta de 40 millones de licencias de Windows 8 en un mes. Si el ritmo de ventas se mantiene será la versión Windows de mayor éxito. Windows 7 vendió 60 millones de licencias en los primeros tres meses y era hasta ahora la versión más popular del sistema de operativo de Microsoft. 
Las fechas de lanzamiento son algo diferentes y juegan a favor de la nueva versión, más cercana a la Navidad -cuando se registran mayores ventas de PC- pero aún así, si se aceptan los números oficiales de Microsoft, todo parece ir bien. "La gente sabe lo que es Windows 8 y le gusta", dijo Ballmeren la última reunión con sus accionistas.
Pero lo curioso es que la historia que cuentan los fabricantes de PC es diferenteSegún el Wall Street Journal a un mes del lanzamiento las ventas de PC con Windows 8 son bajas. David Chang, responsable financiero de Asus, dice que por ahora la demanda es escasa, sobre todo cuando se analiza la venta de portátiles dotados de pantalla táctil, uno de los productos que, se supone, Windows 8 iba a revitalizar. 
La gran mayoría de las ventas están concentradas en portátiles tradicionales, sin pantalla táctil y aún así el veredicto está en el aire. A finales de octubre JT Wang, CEO de Acer, avisó de que la empresa pasa por "un tipo de incertidumbre que no hemos vivido en 20 años" debido a lo difícil que resulta calcular la demanda real del nuevo sistema. Surface, la tableta de Microsoft, también está teniendo un despegue accidentado. Las ventas han sido escasas durante la campaña del Black Friday americano.
Entre estas dos historias se enmarca el particular negocio de Microsoft. Windows puede ser al mismo tiempo un éxito y un fracaso. Un fréxito -me tomo la libertad de acuñar el término dado el interés de esta industria por las contracciones, como frenemy y similares-.  La compañía de Redmond vende actualizaciones y licencias a particulares pero su mayor volumen proviene de los propios fabricantes de PC. Cada PC salido de la fabrica -o casi cada PC- cuenta con una copia y una licencia de Windows. La ecuación es sencilla. Si se fabrican más PCs, se venden más licencias de Windows. Las ventas de PC están frenándose, en parte por el avance de las tabletas, pero aún son mayores que las de 2009, cuando Windows 7 llegó al mercado.
El problema de vender los ordenadores, sin embargo, cae en el campo de los fabricantes y Microsoft ahí tiene poco que decir. Con Surface ha comenzado a vender sus propios productos pero es todavía un mercado muy pequeño. La demanda inicial de Windows 8 no va a venir del mundo empresarial, por lo general más lento a la hora de adoptar un nuevo sistema operativo, y el consumidor doméstico, por primera vez, tiene una amplia variedad de alternativas. No es sólo la tableta. Estoy seguro de que en muchos casos el mismo teléfono es un sustituto más que razonable de un segundo ordenador en casa. 

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